como si nada existiese,
nuestro tiempo, nuestro reloj, nuestras normas.
En un lugar, en el centro de una ciudad, una fuente,
tan conmemorativo, historico, tal vez no sea unico,
pero si, es nuestro sol, nuestro centro.
Agua, sonrisas, cesped que nunca muere, momentos que nunca se olvidan,
cascadas de rayos de sol nos inundaban,
una luna que timida nos miraba,
todo tan fantastico, todo tan nuestro.
Era como mirar siempre hacia un mismo lugar.
Tan bonito, tan extraño y desconocido.
pero que siempre conociamos.
Tardes de verano.
Tardes de perros.
Tardes como ninguna,
Tardes como todas a tu lado.
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