jueves, 8 de diciembre de 2016

Desperté

Desperté...
Bajo el sol de los ojos de la vida,
en la sonrisa cálida que acuna los sueños,
enredado como hiedra al fuego de un alma.

Caí bajo el agua de la cascada
recomponiendo las ideas
y encuadrando las piezas de una nueva rutina.

En el andar cansado preparé
taza de agua de hoja oriental
mecida bajo la espesa y dulce miel
tiñiendo de otoño y caduco
la visión por la ventana, y el líquido caliente.

Hallando los tonos verdes del sur ibérico,
añorando el esqueleto de la naturaleza
convertida en árbol y vida.

Y tras esto, sus ojos naturales,
su piel de vida
y el abrazo más calido socorrió mi espada
de la melancolía,
mientras sonaban las cuatro estaciones al son de su paso.

Susurrando me devolvió a la vida,
"Hay que estudiar cariño..." -pronunció
con su voz externa cuando la interna sólo
añoraba el dulce sueño de enredadera-.

Y tras esto... Desperté...
Desperté de la vida,
y vi, que todo era menos amargo cuando acompaña su calidez
el largo paso de las horas.

Así, que Desperté...

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