lunes, 16 de mayo de 2016

Fechas

Era 15 o 16… 16, seguro, que malo soy para estas cosas, El falso día de san Jorge, que bueno fue, y que bonito, ella tenía su rosa, su libro, veías una sonrisa de oreja a oreja, sonaba música, era el momento más irreal que existía, todo perfecto, increíble, maravilloso, soy repetitivo, siempre los mismos adjetivos, pero es que no conozco más para expresar toda esta locura. La cosa no empezó ahí, eso sólo fue un cúmulo de casualidades, la cosa empezó la noche anterior, la tontería, la cena, la tetería, arrinconados ante la presencia de los demás, hasta que volvió a suceder, estábamos ella y yo, y nadie más en el mundo, ocurrió sin más, como si un agujero de gusano nos absorbiese de repente, y estábamos ella y yo, nada más. Hablábamos de concepciones de la vida, del amor, nos leíamos, y ambos sabíamos como estábamos, y algo surgió de repente, ¿Qué eramos? Más bien fue algo así como… ¿Y como nos presentamos a los demás? Novios era una buena palabra, de uso coloquial para designar la “unión” de dos personas, novios… era mi novia, sonaba raro, ella también lo escuchaba raro. ¿Estamos unidos? ¡Claro que sí! Eso no había ni que decirlo, se veía en la mirada, eramos una unión de carne, de espíritu, era una unión de mente continua, no necesitábamos una palabra para decir eso, pero teníamos que presentarnos, a pesar de lo superfluo que quedaba ese concepto, porque lo nuestro escondía mucho más… algo que sólo ella y yo conocemos. Para nosotros eramos compañeros de viaje, de la mano, por la senda, avivábamos la llama de la vida, del amor y la locura, del conocimiento, avivábamos la llama de nosotros mismos. Eramos compañeros….
Entonces… marcamos una fecha, ambos tenemos una memoria desastrosa, pero marcamos una fecha, simplemente como recordatorio, porque no implica mucho más, es un recordatorio. Mucha gente utiliza esa excusa de la fecha para hacer un poco más el amor, pero yo no puedo llevarlo más allá, no se hace el amor más o menos, el amor se expresa, en su totalidad, la fecha no es un potenciador, creo. Entonces… ¿para qué marcamos una fecha? No se, simplemente era nuestra fecha. La fecha no se utiliza como contador, el amor no se mide en tiempo, sino en intensidad, en vidas. La fecha no se utiliza como descuento, no nos queda menos tiempo para morir, eso no va así.
Entonces… ¿para qué queréis una fecha?
Una simple excusa, para recordarnos, pero… dime, ¿cómo se recuerda algo que nunca se olvida?

No lo se… ¡espera! ¡Tal vez! Cuando un árbol crece, todo comienza en un punto, en una semilla, es el más mínimo detalle de ese árbol, pero… a su vez, es la máxima expresión del nacimiento de la inmensidad. Así, esa fecha, es nuestra semilla. Suya y mia, de ambos. Origen de algo inexplicable, de la unión de espíritus, de mentes, del comienzo de la senda. Fuente de amor, de locura, de vida, de conocimiento. Allá, en ese punto, surgió todo, pasado, presente y futuro. Mucho futuro por delante, inmensidad.

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